Paso 2: Define tus objetivos y metas
Con el contexto de tu campaña en mente, puedes establecer objetivos y metas. Establecer tu resultado final ideal (y por qué es importante) te permitirá crear una estrategia bien pensada que funcione.
Es importante conocer la diferencia entre metas y objetivos, para poder establecer claramente ambos.
Las metas son el resultado final que se espera conseguir. Las metas pueden incluir cosas como mejorar el retorno de la inversión (ROI), aumentar la fidelidad de los suscriptores o incrementar las ventas.
Los objetivos son hitos que contribuyen a tus metas. A menudo, los objetivos son similares a las metas, pero el propósito de un objetivo es siempre servir a una meta mayor. Por ejemplo, tu meta puede ser aumentar la interacción de los suscriptores, por lo que un objetivo puede ser mejorar la tasa de apertura de tus campañas.
Los objetivos pueden ser razonablemente abiertos, como "aumentar las ventas", pero es una buena idea establecer objetivos específicos. Cuanto más precisos sean tus objetivos, más fácil será elaborar estrategias y aplicar tácticas para cumplirlos y alcanzar la meta mayor.
Es necesario que sepas exactamente qué, cómo y cuándo esperas lograr cada objetivo. El marco SMART (por sus siglas en inglés), facilita esta tarea.
- Específico: Los objetivos deben ser totalmente inequívocos. Los objetivos específicos no solo dan una dirección clara a la campaña, sino que también garantizan que todos los miembros del equipo trabajen para conseguir lo mismo. Por ejemplo, “Aumentar la tasa de apertura en un 50 % para el boletín mensual” es más claro que “Llegar a más suscriptores”.
- Mensurable: Asegúrate de que tus objetivos están alineados con métricas medibles. Por ejemplo, “Aumentar la tasa de apertura” es mucho más fácil de medir que “mejorar la experiencia del cliente”, algo mucho más abstracto. Aunque este último es un gran objetivo a tener en cuenta, debe ser más específico en términos de cómo cuantificar el éxito. ¿Cómo vas a seguir tu progreso?
- Alcanzable: Asegúrate de que tu objetivo implica una acción clara y específica. Por ejemplo, aumentar la tasa de apertura de una determinada campaña de correo electrónico es accionable, porque puedes dar pasos hacia ella. ¿Cuáles son las tácticas que utilizarás para pasar a la acción?
- Realista: Hay que apuntar alto, pero establecer objetivos poco razonables suele llevar a la decepción en lugar de al progreso. Los objetivos están pensados para empujarte paso a paso mientras trabajas hacia tu meta. Sé realista sobre lo que es posible para tu negocio y tu sector.
- Plazo de tiempo: Las campañas necesitan una fecha de inicio y finalización. Por lo tanto, los pasos para crear esa campaña también necesitan fechas de inicio y finalización. Tus objetivos deben estar relativamente limitados en el tiempo. Por ejemplo, podrías aspirar a conseguir un cierto número de nuevos suscriptores en el primer mes de la campaña, antes de cambiar los objetivos para aumentar la tasa de clics (o lo que sea relevante para tu objetivo general).
Cuando tus objetivos están bien definidos, son medibles y tienen un plazo determinado, puedes controlar el rendimiento de tu campaña y realizar los ajustes necesarios en tu estrategia. Esto también ayuda a todos los involucrados en tu marketing por correo electrónico a trabajar hacia una meta compartida, porque los indicadores de éxito son específicos y fáciles de evaluar. También puedes utilizar las estadísticas de marketing por correo electrónico de Mailchimp por sector para ver cómo te va en comparación con otros.